Hay dos Annas en una, en esos primeros torneos que está jugando en la LPGA. Una es competitiva, incluso brillante, demostrando sus posibilidades de estar en puestos altos de la tabla luchando ya por ser una rookie que destaca. Esa Anna fue la de la primera jornada, que finalizando el recorrido de Clifton con un soberbio 3 bajo el par, se instaló en una excelente 10ª posición. Pero hay otra Anna, ésa, oscura, decepcionante, que logra imponerse y echar al traste los resultados satisfactorios: es la de una jugadora novata que no soporta la presión. Que si le toca salir a jugar a horas muy tardías, está claro que se ha "comido" el coco hasta el extremo de salir a jugar hecha un manojo de nervios. Una Anna que empieza coleccionando bogeys y, peor que éso, que no sabe serenarse y cortar con la mala racha. No tiene la fuerza moral suficiente para ello y se hunde irremisiblemente en recorridos penosos que la llevan, como ha sucedido de nuevo hoy, a quedarse fuera del corte. Es la jugadora inexperta y que quizás se carga de excesiva responsabilidad.
Hoy Anna ha entregado una tarjeta de 12 sobre par, ha dicho adiós a disputar la última jornada y ha repetido la extrema irregularidad que ya vimos en los torneos mejicanos y en el SemGroup.
Tiene que reflexionar, armarse ante sus inseguridades y hacer que la Anna brillante y con excelentes recorridos se imponga a la que lo echa todo precipicio abajo. No queremos a una Miss Hyde que destroza todo el buen trabajo, ¿verdad bonita?
23.59 horas- de Barcelona.
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